¡Felicidades, Émile Cohl!
Aunque la celebración no es del todo exacta, (históricamente Stuart Blackton creaba piezas de animación ya en 1900 y "Humorous Phases of a funny face" es de 1906, es decir, dos años antes y aparte están todos los gloriosos antecedentes del cine como el praxinoscopio, el zoótropo y demás) , los franceses (que para eso se reivindican tantas otras cosas) celebran hoy el centenario de la primera película de animación (francesa, pero que ellos consideran mundial) creada por Émile Cohl y titulada "Fantasmagorie", creada en 1908.
Quizás lo más interesante de Cohl, aparte de su propia vida, tenga que ver con su enfoque particular de la animación y cómo se produce su aproximación hasta ella. Su acercamiento al cine en 1907, envuelto en la leyenda, se produce como proto-director artístico, casi como creativo de ideas para películas. Tras su paso como caricaturista y tras haber formado parte del grupo artístico pre-vanguardista "Les Incoherentes", el mito afirma que Cohl entró a trabajar para Gaumont (una de las productoras francesas líderes mundiales en producción cinematográfica durante aquellos años), tras discutir con la productora al ver una de sus caricaturas sirviendo de cartel para una película. Según este mito, la solución de la productora fue contratarlo como "creativo" de una página diaria con ideas para películas. Allí, Cohl comenzó a experimentar y realizar todo tipo de producciones como comedias, dramas costumbristas e historias fantásticas.
Ese mismo año, la película de Stuart Blackton "The Haunted Hotel", que más tarde inspiraría "El hotel eléctrico" de Segundo de Chomón (ver enlace a esta entrada), fue un éxito tan grande en Europa, que el público en seguida demandó más películas con trucos de esta clase. Según la leyenda (nuevamente), Cohl estudió la película fotograma a fotograma y así descubrió el procedimiento de la animación, aunque esto siempre fue negado por el propio autor.
Así nace "Fantasmagorie" (1908), la primera película totalmente de animación dibujada hasta el momento, sin mezclas con acción real como había sido común hasta entonces. La película, realizada con unos setecientos dibujos y filmada en dobles (dos fotogramas por dibujo) sobre papel blanco, que luego se proyectaba en su versión en negativo para simular el efecto de tiza sobre pizarra, se entiende sólo como una continuación del movimiento artístico de "Les Incoherentes", al ofrecer salvajes transformaciones sin ninguna relación entre ellas y semejantes al proceso mental que el psicólogo norteamericano William James había descrito como "flujo de conciencia". A "Fantasmagorie" le siguieron "Le Cauchemar du fantoche" [1908, hoy desaparecido] y "Un Drame chez les fantoches"(1908), en el mismo estilo y realizadas con una caja de luz, variando poco cada dibujo, lo cual producía una animación muy suave y fluida, sin saltos (toda una novedad técnica para la época). Sin embargo, tras la tercera pieza, Cohl abandona la animación dibujada y vuelve a las películas con efectos de truca, salvajes transformaciones y marionetas. A pesar de todo, "Fantasmagorie" tendrá un gran efecto en Estados Unidos y es la razón por la cual Winsor McCay se decidió a llevar a su personaje "Little Nemo" al terreno de la animación en 1911.
El estilo de Cohl en estos cortometrajes (sin perspectiva ni fondos, improvisado, donde una imagen lleva a otra) jamás tuvo una continuación clara en la animación, y sin embargo ha llegado hasta nuestros días como una de las formas más libres de animación y un referente usado por muchos animadores frente al excesivo naturalismo de la animación tradicional.
Quizás lo más interesante de Cohl, aparte de su propia vida, tenga que ver con su enfoque particular de la animación y cómo se produce su aproximación hasta ella. Su acercamiento al cine en 1907, envuelto en la leyenda, se produce como proto-director artístico, casi como creativo de ideas para películas. Tras su paso como caricaturista y tras haber formado parte del grupo artístico pre-vanguardista "Les Incoherentes", el mito afirma que Cohl entró a trabajar para Gaumont (una de las productoras francesas líderes mundiales en producción cinematográfica durante aquellos años), tras discutir con la productora al ver una de sus caricaturas sirviendo de cartel para una película. Según este mito, la solución de la productora fue contratarlo como "creativo" de una página diaria con ideas para películas. Allí, Cohl comenzó a experimentar y realizar todo tipo de producciones como comedias, dramas costumbristas e historias fantásticas.
Ese mismo año, la película de Stuart Blackton "The Haunted Hotel", que más tarde inspiraría "El hotel eléctrico" de Segundo de Chomón (ver enlace a esta entrada), fue un éxito tan grande en Europa, que el público en seguida demandó más películas con trucos de esta clase. Según la leyenda (nuevamente), Cohl estudió la película fotograma a fotograma y así descubrió el procedimiento de la animación, aunque esto siempre fue negado por el propio autor.
Así nace "Fantasmagorie" (1908), la primera película totalmente de animación dibujada hasta el momento, sin mezclas con acción real como había sido común hasta entonces. La película, realizada con unos setecientos dibujos y filmada en dobles (dos fotogramas por dibujo) sobre papel blanco, que luego se proyectaba en su versión en negativo para simular el efecto de tiza sobre pizarra, se entiende sólo como una continuación del movimiento artístico de "Les Incoherentes", al ofrecer salvajes transformaciones sin ninguna relación entre ellas y semejantes al proceso mental que el psicólogo norteamericano William James había descrito como "flujo de conciencia". A "Fantasmagorie" le siguieron "Le Cauchemar du fantoche" [1908, hoy desaparecido] y "Un Drame chez les fantoches"(1908), en el mismo estilo y realizadas con una caja de luz, variando poco cada dibujo, lo cual producía una animación muy suave y fluida, sin saltos (toda una novedad técnica para la época). Sin embargo, tras la tercera pieza, Cohl abandona la animación dibujada y vuelve a las películas con efectos de truca, salvajes transformaciones y marionetas. A pesar de todo, "Fantasmagorie" tendrá un gran efecto en Estados Unidos y es la razón por la cual Winsor McCay se decidió a llevar a su personaje "Little Nemo" al terreno de la animación en 1911.
El estilo de Cohl en estos cortometrajes (sin perspectiva ni fondos, improvisado, donde una imagen lleva a otra) jamás tuvo una continuación clara en la animación, y sin embargo ha llegado hasta nuestros días como una de las formas más libres de animación y un referente usado por muchos animadores frente al excesivo naturalismo de la animación tradicional.
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