Quest, arqueología 3D


Quest: A Long Ray's Journey Into Light (Michael Sciulli, Melissa White, 1985) es uno de los primeros cortometrajes realizados en 3D de la historia de la animación, una pieza con un tema abstracto -el ray-tracing o cálculo del paso de los rayos de luz a través de un paisaje infográfico- cuando la animación 3D aún era considerada una técnica experimental.
El cortometraje, considerado unánimemente una obra maestra del género, puede hacer sonreír hoy en día si se le compara con la animación infográfica de hoy en día. Sin embargo, en 1985 este trabajo supuso un importante avance dentro de la animación 3D.
La intención del cortometraje fue la de demostrar las amplias posibilidades que la técnica del ray-tracing podía ofrecer a la animación 3D, convirtiendo por tanto el tema del cortometraje en protagonista (la figura con forma de átomo aplastado, que representa al fotón de luz). Comenzando en un entorno bidimensional oscuro (que representaría el hardware pero también el principio del universo), el fotón se adentra entonces en un universo tridimensional repleto de ambientes diferentes, como una charca de agua (que representaría también al nacimiento de la vida en la tierra), una ciudad de cristales y lagos (la civilización actual) para finalmente llegar a un mundo de luz, donde, tras traspasar una barrera de cristales, el fotón acaba fundiéndose con tres objetos geométricos (un triángulo transparente, un cuadrado opaco y una esfera reflectante) para transformarse en un ser multicolor y formar al final las letras APOLLO, que no es sólo una hermosa referencia al dios griego de las artes, es el nombre del sistema informático con el que fue creado el cortometraje. Esta sería una descripción más o menos somera de un cortometraje ciertamente complejo de descifrar.
Sorprende la enorme cantidad de planos y ambientes con los que cuenta el cortometraje en tan sólo dos minutos (el cortometraje dura cuatro minutos, pero el resto está dedicado a los créditos), en realidad una estrategia para poder poner en escena todo tipo de materiales reflectantes. Por otro lado, la música electrónica compuesta por Eve Schooler y Stan Swiniarski es igualmente compleja y hermosa.
Casi tan fascinante como su historia resultan algunos testimonios de cómo fue realizado el cortometraje.  Tal y como se describe en el  blog de un ingeniero eléctrico norteamericano,

"mi equipo informático del trabajo fue parte de la granja de render. Alrededor de unos cien equipos debían ser usados durante la noche mientras no trabajábamos. Nuestras máquinas trabajaban a ritmo de un único fotograma cada vez, y se les pasaba otro cuando habían acabado. Todo estaba en red, lo cual no era complicado desde ese punto de vista, pero entonces la programación en red era algo casi tan nuevo como el ray tracing para los equipos informáticos. (...) Dudo que alguien se sorprenda cuando vea el cortometraje, ya que se puede crear lo mismo en un PC corriente hoy en día, pero en los años 80 esta película fue creada por todo un grupo de ordenadores Apollo, un fotograma cada vez. Quizás [el sistema] Apollo haya desaparecido hoy en día, ¡pero tuvimos un impacto importante en el mundo de los equipos informáticos!"

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