Entrevista a Juan de Dios Marfil Atienza

Juan de Dios Marfil Atienza (Ceuta, 1976) ha conseguido construir con prácticamente un puñado de  cortometrajes toda una personalidad artística. Músico a la vez que cineasta, Juan de Dios realizó su licenciatura de animación en la prestigiosa FAMU de la República Checa. Allí termina "Homeland", un cortometraje donde decide encargarse del argumento, la animación y la música y con el que consigue una mención especial en el SICAF de Corea. "Homeland" ha sido descrito por el propio autor como una historia sobre "la despedida de esa persona que tiene que irse pero que siempre está ahí aunque pasen los años". Juan de Dios además obtuvo el título de profesor superior de piano del Conservatorio Superior de Música "Victoria Eugenia" de Granada y posee un máster de etnomusicología por la Universidad de Maryland.

1. Eres el primer autor de animación ceutí del que tenemos noticia, aunque has completado tu formación entre Granada y la República Checa, donde realizarías Homeland. ¿Cómo llegaste al mundo de la animación y con qué dificultades te encontraste?
Empecé de muy pequeño haciendo cortos de marionetas junto con Jesús Palop, un amigo de la infancia con el que actualmente hacemos cosas de acción real. Supongo que todo empezó ahí. Mientras trabajaba como profesor de piano realicé dos cortos de dibujos, era una animación muy tosca al estilo de El pez dorado de Trnka. No tenía ni idea de animar, lo importante era contar una historia y aprovechar la libertad que te da el dibujo sobre todo para minimizar y llegar al fondo del asunto. Esos proyectos me abrieron las puertas de la FAMU (Facultad de Cine y TV de Praga) y allí tuve que aprender rápido. Está bien recibir una formación académica, tienes acceso a profesionales de la animación, a lo que se ha hecho y escrito sobre el tema y te familiarizas con las técnicas. Te ayuda a ubicarte. Pero aprender a animar es otra cosa, eso lo haces en tu casa.



2. Homeland ha causado un enorme impacto en aquellos festivales donde ha sido exhibido, como es el caso del SICAF. Se trata de un cortometraje realmente extraordinario, en el que haces gala de un estilo muy particular, con el que consigues una ambientación muy densa y recargada a partir de una gran depuración formal, con un mínimo de elementos. La sensación final es la de una atmósfera onírica e irreal. ¿Cómo surgió la idea para el cortometraje?
Enfrentarte a un proyecto de animación es una tarea un tanto quijotesca, sobre todo si estas solo. Al principio te da la sensación de estar vaciando un lago con una cucharilla. Sabes que si sigues llegará un día en el que acabes, pero mientras lo haces no ves el final. De ahí surgió la idea del corto, del mismo proceso y de mi experiencia en este campo. El corto habla de una historia de amor, pero sobre todo de un reto imposible, da igual si consigues la meta o no, lo importante es continuar y la voluntad de querer hacerlo. Empecé a hacer pruebas con diseños muy simples para minimizar el trabajo y a realizar el storyboard, después me vino la melodía principal que resolvió gran parte del argumento. Quería hacer un contraste entre la simpleza de los dibujos y el trasfondo de drama heroico de la historia, al final la música me ayudó a darle la fuerza que necesitaba y el tono épico que andaba buscando.



3. Homeland tiene algo además que evoca al cine mudo, algo que parece ser una constante estética de otros trabajos tuyos. Hay varios aspectos que así lo indican: por un lado, el personaje femenino principal recuerda a actrices del cine mudo como Lillian Gish; por otro lado, la ausencia de efectos sonoros y el ritmo del montaje, que en la secuencia central se convierte en un torbellino de planos montados a gran velocidad, con un uso audaz de la elipsis en el panorama del cortometraje de animación español. Sin embargo, también llama mucho la atención la relación entre tus personajes y los de las películas de Hayao Miyazaki. ¿Cuáles son tus principales influencias?
Creo que la emoción que te genera una imagen con una música/sonido va a un lugar donde no llega la palabra, es algo así como una experiencia. A mí me gusta buscar eso, es una manera más visceral de llegar. De pequeño me marcaron las películas de Jim Henson y después descubrí a David Lynch que te obliga a ver el cine desde la intuición y por supuesto a Miyazaki. Mucha gente me dice que Homeland les recuerda a Miyazaki y Hisaishi. Me lo tomo como un piropo, pero no fue algo premeditado. Por supuesto adoro su trabajo, es todo un mago contando historias aparentemente simples pero lo que hay detrás es más grande, como una manera de ver el mundo. Yo creo que esos son mis tres grandes pilares, cuando veo alguna de sus películas me absorbe y me anula por completo durante días. Son un poco contraproducentes.



4. La banda sonora, compuesta por ti, es otra de las grandes bazas de Homeland. Aunque existen algunos animadores que componen música, tu caso es muy especial, ya que en este caso hablamos con un músico que además hace animación. ¿Qué importancia tiene la música para ti en una obra de animación?
Es una parte fundamental del trabajo, la parte irracional donde defines y enfatizas momentos de la historia. La música puede cambiar toda la atmosfera, te ayuda a contar lo que quieres de una manera emocional y a meter al público en situación. Es como un hilo invisible con el que guías a la audiencia. Independientemente de la técnica de animación, la elección de una música depende más de la historia que cuentas, de cómo la cuentas y del aspecto visual que estás construyendo. Son partes que tienen que encajar en un todo y si lo combinas bien puedes hacer pura magia. No creo que haya grandes diferencias entre música para acción real y animación, pero sí creo que en animación tiende a tener más presencia y a ser más colorista. Aunque todo es muy relativo, muy intuitivo, es cuestión de gustos.



5. El corto fue realizado dentro del programa de estudios que finalizaste en la República Checa. ¿Por qué elegiste un país del este de Europa para estudiar animación? ¿No hay sitio dentro de los centros de formación españoles para una obra como la tuya?
Me fui a Praga con una idea muy romántica de la ciudad y de la animación checa, sobre todo lo relacionado con el surrealismo, ahí Svankmajer tuvo mucho que ver. El romanticismo te dura una semana, pero sí es cierto que la animación allí tiene mucho peso, dos de los directores consagrados del cine checo (tal cual) son Trnka y Zeman, eso dice mucho del lugar. Tampoco tenía mucho dinero y en la FAMU es difícil entrar pero una vez que lo haces no tienes que pagar nada. Homeland lo podía haber hecho en cualquier centro de España o en cualquier parte, pero quizá mi experiencia en Praga definió la técnica y el estilo de animación. Allí se centran en la animación clásica, nada de tecnología y lo importante para mi era contar la historia que quería con lo que tenía a mano, en este caso lápiz y papel.

6. Nos encontramos inmersos en un momento de grandes cambios muy importantes (la exhibición digital, la producción estereoscópica, la taquilla dominada desde los últimos cinco años por películas de animación completa o parcial). Nunca antes la animación había acaparado tanta atención como la que tiene en la actualidad en los medios de comunicación, lo cual confirma que se trata de un momento clave muy especial. ¿Qué crees que es lo mejor y lo peor que está pasando actualmente en la animación mundial?
Lo mejor es precisamente eso, que los productores apuesten más por el cine de animación y eso genere industria y trabajo. La exhibición digital llegará a solucionar gran parte del problema y también el hecho de que haya películas de “animación” que compitan con “acción real” o que transgreden esos espacios en festivales ayuda a que esas etiquetas se disipen. Lo peor es la homogenización, hay que vender y para ello se copian patrones que todos saben que funcionan. En el cortometraje hay más libertad y menos miedo de experimentar, es un formato ideal para la animación.

7 .Tus trabajos muestran una personalidad muy definida. El estilo en animación, ¿se alcanza de una forma meditada o más bien inconsciente?
Es una mezcla de las dos, por un lado no puedes evitar que te gusten ciertas cosas y por otro hay que reflexionar y llegar a un consenso con uno mismo, aprovechar tus limitaciones para convertirlas en virtudes.

8. ¿Cómo es tu forma de trabajo habitual?
En mi caso todo comienza con una imagen o una música acompañado de una sensación o emoción. Después viene el caos, empiezas a ahondar en esa idea y a dejarte llevar. Escribes, dibujas, haces música, hasta que se va cerrando todo por sí solo después de probar y probar y probar hasta la saciedad. Esa es la parte más complicada y la más interesante, el momento en el que estás buscando algo y ni tú mismo sabes el qué.



9. ¿Qué importancia tienen para ti las nuevas tecnologías?
Te permiten abaratar costes, realizar proyectos inabarcables sólo con el celuloide, agilizar el proceso y darte a conocer más fácilmente. Ahora con un ordenador y poco más puedes hacer grandes cosas, pero por otro lado me da la sensación de que la historia a veces se convierte en una excusa para exhibir un arsenal de fuegos de artificio tecnológico. Ahora es posible mostrarlo todo y se peca de eso, me aburre el despliegue visual injustificado y la ausencia de misterio.

10. Muy probablemente, tu obra se va a convertir en un punto de referencia a seguir dentro de la animación española. ¿Qué consejo le daríais a otros animadores que quisieran seguir tu ejemplo?
Bueno, gracias por el piropo. Homeland es simplemente un ejemplo de que se pueden hacer cosas sin necesidad de grandes medios. El presupuesto del corto fue un ordenador que luego tuve que devolver a la universidad, eso fue todo.Yo animaría a la gente que se quiere dedicar a esto que fuera valiente y luche por lo que quiere.

Datos técnicos sobre Homeland:
El corto fue realizado con dibujo a lápiz sobre papel, escaneado y editado con Final Cut.
Tardé en realizarlo aproximadamente dos años. 
Como base principal o inspiración no tuve ninguna, de forma consciente claro. Sabía que el proyecto me iba a durar mucho tiempo, así que me limité a hacer dibujos sencillos para agilizar la animación.
Abarqué yo solo todo el proceso: guión, storyboard, animación, edición, música, etc… Mi hermano Javier Marfil, me ayudó con algunos programas de edición de audio para la música, aunque consta como “sonido” en los títulos de crédito.
La productora es Hanka Trestikova, estudiante checa de producción de la FAMU.

Para saber más de Juan de Dios Marfil:
Perfil en Vimeo
Noticia publicada en El Pueblo de Ceuta

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2 opinan:

Anónimo dijo...

enternecedora y emotiva, homeland. me encantó

isabel bono dijo...

impresionante la música!
felicidades