Toy Story 3


Hablar de Pixar es hablar de la más exitosa productora de películas de animación en la actualidad y la única productora que puede presumir el tener una filmografía de sólo éxitos comerciales y críticos (según la media de Rotten Tomatoes, Cars tendría las peores críticas y aún así son bastante aceptables, un 74%, con una media de críticas del 96%; en taquilla sus resultados son igualmente espectaculares, recaudando en conjunto más de 2.700 millones de dólares hasta el momento, con un presupuesto conjunto de 1.306 millones de dólares en sus once títulos, y sin considerar todos los beneficios añadidos por merchandising y licensing).
Continuando esta tónica Toy Story 3 ha vuelto a obtener unas críticas excepcionales y es ya el título de mayor recaudación de la compañía (aunque lo cierto es que esto no refleja el número real de espectadores, bastante más inferior, y que se debe al aumento del precio de la entrada de cine en los Estados Unidos desde la llegada del 3D estereoscópico).

Lo cierto es que hablar de cifras y porcentajes para uno de los estrenos más esperados del año puede parecer algo contradictorio, pero refleja bien una de las situaciones más anómalas de la industria del cine contemporánea: una productora que sólo recibe parabienes durante un período de tiempo tan largo (quince años) como para considerarlo una era cinematográfica. Ningún otro estudio, actor o director actual ha aguantado tanto tiempo incólume.
Salvando diferencias, lo cierto es que desde el año 1995 (fecha del primer Toy Story) hasta ahora, la influencia de Pixar sobre el cine contemporáneo es innegable para cualquier aficionado.

Volviendo sobre la película, si la semana pasada hablábamos de la cuarta y última parte de Shrek, haciendo hincapié en la indudable evolución tecnológica de la saga en la década del 2000, en el caso de Toy Story esto es aún más palpable.
Si la primera parte de Toy Story inauguraba una nueva forma visual de largometraje de animación y la segunda parte convertía al 3D en "la" gran moda de la década del 2000, desplazando a la animación tradicional, es más que posible que la tercera parte marque otro nuevo punto de inflexión en la historia de la animación. Un punto que aún no es posible discernir pero que promete seguir siendo todavía muy brillante.

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