Entrevista a Gonzalo Bendala
Gonzalo Bendala tiene su propia productora, "Áralan Films", en Sevilla, y hasta el momento ha compaginado la producción de imagen real con los cortometrajes de animación. Actualmente se encuentra en preproducción de un nuevo cortometraje de animación en 3D.
1.Aparte de "Penumbra", has realizado otros cortometrajes de imagen real. ¿De dónde surge tu interés por la animación? ¿Qué encuentras en ella a diferencia de lo que has hecho en imagen real?
Desde pequeño he sentido siempre una fascinación tremenda por el cine en general y por sus historias en particular. Hay cineastas que se identifican bien con el cine de acción real o bien con el de animación, pero en mi caso es todo lo mismo. Según la historia que quieras contar y el público al que quieras dirigirla, dependerá el utilizar una técnica u otra. El proceso técnico es distinto en cada caso, si bien la narrativa es prácticamente la misma. Como todos los niños de mi generación, crecí viendo las películas Disney y los dibujos de la Warner y Hannah-Barbera. Aunque también me influyeron mucho personajes del cómic hecho en España: Mortadelo y Filemón o Super López. Pero claro, con los años, uno ve de todo y vas descubriendo verdaderas joyas en todos los géneros cinematográficos. Star Wars e Indiana Jones me marcaron y son referente involuntario de todo cuanto hago. También Hitchcock y las producciones de Jim Henson. Todo conforma un cóctel explosivo que me obligó a dedicarme a esto del cine. Como cineasta no me inclino por ningún género. Amo la comedia, el drama, la aventura, el género histórico, la ciencia ficción, el musical y, como no, la animación (aunque más que un género, prefiero considerarla una técnica). Paradójicamente, mi obra más reconocida hasta ahora como director y productor ha sido sin duda “Días Rojos”, un cortometraje ambientado en los primeros días de la Guerra Civil española que ha sido condecorado con el premio al mejor cortometraje español de 2005 en el Festival de Cinespaña (Toulouse), entre otros galardones, y que ha sido utilizado por multitud de asociaciones, partidos políticos, sindicatos y centros de estudios en actos de recuperación de la memoria de la Guerra Civil. Pero la animación te permite dar rienda suelta a la imaginación: crear personajes imposibles y situaciones disparatadas que de otra forma no podrían hacerse realidad. La animación es, sencillamente, fantasía.
2.Se trata de tu primer cortometraje de animación a nivel profesional. ¿Cuáles fueron las mayores dificultades que surgieron durante el mismo?¿Qué errores no repetirías hoy si volvieras a hacerlo?
La mayor dificultad a la hora de producir “Penumbra” radicó en la falta de presupuesto para realizarlo. Este hecho obligó a someter el proyecto a continuas interrupciones. Si bien el rodaje fue muy breve, condensado en tan sólo diez días de rodaje, la postproducción se alargó durante casi tres años en los que se iba avanzando el trabajo de manera intermitente debido a que se iban interponiendo otras prioridades. Si hoy volviera a rodar “Penumbra”, procuraría centrar todos los esfuerzos en cumplir los objetivos en el plazo previsto.
3.¿cuáles fueron tus principales referencias visuales a la hora de realizar "Penumbra"? ¿En que estilo os basasteis?
La estética de “Penumbra” está inspirada en el clásico de Walt Disney “Pinocho” y en el relato de Robert Louis Stevenson “El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde”, un personaje que siempre me inquietó muchísimo y que me resulta verdaderamente interesante. El aspecto físico del personaje protagonista recuerda tanto a Mr. Hyde como a Jack el destripador, con su capa, su bastón y su sombrero de copa, si bien su diseño es mucho más divertido.
4.¿Qué cualidades creeis que debe tener un buen animador?
A mi entender, un buen animador ha de ser sobre todo un grandísimo actor. Tiene que ser alguien capaz no sólo de reconocer los distintos comportamientos de las personas, sino que ha de ser también capaz de reproducirlos y adaptarlos a los personajes con los que trabaja. Debe tener un gran conocimiento de la psicología de los personajes y de su lenguaje corporal. Y, obviamente, ha de controlar la técnica con la que trabaja, ya sea dibujo animado, animación stop-motion o 3D.
5.Ahora tenéis en tu productora otro proyecto de animación entre manos. ¿Qué es lo que más te interesa del mismo: (me refiero a aspectos técnicos: el ritmo, la historia, el diseño global, la experimentación, etc)?
Ahora en Áralan Films estamos efectivamente embarcados en un nuevo cortometraje de animación, esta vez en 3D. Lleva por título “Espagueti Western” en clara alusión a las películas del Oeste que se rodaron en nuestra tierra allá por los años 60 y 70 sobre todo. Pero la gran particularidad de nuestro producto es que se trata de un western en el que los papeles protagonistas están interpretados por espaguetis, macarrones, tortellinis, etc. De “Espagueti Western” me interesa sobre todo el homenajear a todo un género cinematográfico particularmente europeo que nos toca muy de cerca. Y también por supuesto la comicidad del guión. El llevar a la pantalla un espagueti western en el que por fin el protagonista sea un verdadero espagueti da pie a un sinfín de escenas divertidísimas como podréis imaginar. Es un proyecto muy ambicioso, con muchísimos personajes y localizaciones y una banda sonora que tratará de emular con mucho cariño al grandísimo Morricone.
6.¿Cuál crees que es el panorama actual hacia el que se dirige la animación en general y más en particular, en España?
Creo que el cine de animación se dirige de forma muy evidente hacia los últimos avances tecnológicos. Parece que el 3D está dejando en un segundo lugar a la animación tradicional, al tiempo que obtiene unos resultados increíbles. Hasta tal punto creo que esto es así que los efectos visuales de las películas de acción real están realizados por verdaderos profesionales de la animación. ¿Acaso alguien puede decir que el último “King Kong” (al igual que el de 1933) no es cine de animación? En España parece que el cine de animación está empezando como el que dice, por lo menos hasta muy recientemente no ha comenzado a llegar al gran público. El listón que ponen las producciones hollywoodienses está muy alto, pero el talento que hay en España no tiene nada que envidiarle. Falta presupuesto. Y falta afrontar producciones de envergadura con las que poder competir. Hay numerosos estudios de animación distribuidos por toda la península. Si se aunaran esfuerzos, posiblemente nuestra cinematografía podría aportar interesantísimas propuestas animadas.
7.¿Qué consejo le darías a otros animadores españoles que están comenzando?
El consejo que les daría es bien sencillo. La práctica me ha hecho comprender que producir cine de animación es un proceso lento y complejo. Por eso, cuando empiezas lo principal es exprimir tus neuronas hasta encontrar una buena historia que cumpla las siguientes premisas: pocos personajes, pocas localizaciones y poco diálogo sincronizado. ¡Todo lo contrario de “Espagueti Western”! Ja, ja, ja.
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