Entrevista a Carlos López
1.¿Qué fue lo que te interesó de este profesión y cómo comenzaste a trabajar?
Realmente fue la necesidad, ya que estaba finalizando el servicio militar y no tenía perspectiva profesional clara, así que mi padre, profesional del ramo, me dio la oportunidad de probar en el mundo de la animación y el cómic, algo que hasta entonces era tan sólo un hobby, poniéndome en contacto con Ediciones B donde empecé a publicar páginas de chistes en diversas revistas y con la productora de animación Equip S.A. en la que empecé como intercalador en prácticas y acabé ganándome la vida colaborando en “Mofli, el último koala”, en múltiples spots publicitarios y en el largometraje “Despertaferro”. Enseguida, esa “necesidad” y “hobby” pasó a ser mi profesión y podríamos decir que mi vida.
2.¿Qué recuerdo guardas de aquella época?
Sobre todo recuerdo la relación con otros compañeros, el saltar de un estudio a otro y encontrarte con ellos, siempre éramos los mismos... la ilusión por pasar de intercalar a animar, aprender, los maratones de noches sin dormir para acabar tal spot, o tal secuencia... son muchos recuerdos los que caben en veinte años...
3.¿Qué diferencias con el sistema de producción actual crees que existen?
Principalmente la irrupción de la informática en el dibujo animado, y no hablo sólo de la animación 3D que ya es una diferencia espectacular, sino en el aspecto de la posproducción. Actualmente, una persona puede realizar en el cuarto de su casa una película de dibujos animados, solo, y en su casa, y con un presupuesto muchísimo menor que hace diez años. Esto era casi impensable (no imposible) hace quince o veinte años. Esto influye profundamente en toda la organización y realización de una producción de animación.
4.¿Qué cosas crees que han mejorado y cuáles se han perdido?
Es un aspecto muy positivo el que la digitalización haya facilitado y acelerado muchos procesos de producción y posproducción e incluso mejorado algunos, aunque, hay momentos en los que, por ejemplo, echo de menos a las “chicas de color”, aquellas esforzadas coloreadoras de acetatos. Pocos de los nuevos profesionales han visto pintar un acetato. Ahora, ese trabajo es prácticamente instantáneo y la persona que lo hace no tiene que tener ningún tipo de talento ni conocimiento... Saquen conclusiones... Y claro, siempre acabas encontrándote a alguien que dice: “¿Tú dibujas?... pero si los dibujos animados se hacen ya todos por ordenador en un plis...”... saquen ustedes conclusiones...
5.¿Qué cualidades son las que más valoras en un animador?
Una alta base de dibujo figurativo, dibujo al natural y de expresión corporal y lenguaje cinematográfico por un lado y por otro, ansias de crecer.
6. A la hora de trabajar en un nuevo proyecto, ¿qué es lo que más te suele interesar del mismo?
Siempre me atraen los proyectos en los que sé que podré dejar mi impronta, que creceré con ellos y que esos proyectos acaben siendo parte de mi.
7.¿Cómo valoras el panorama actual de la animación en España?
Parece dinamizarse, aparecen producciones de lo más interesantes y estudios llenos de energía y ganas... aunque creo que lo está haciendo de una manera desorganizada... no sé, estoy a la expectativa como muchos otros profesionales creo. Lamentablemente en este país no existe industria y creo que tardará en existir.
8.¿Crees que existe un ambiente propicio para que la industria de la animación siga creciendo?
Sí, evidentemente vivimos en la era de lo audiovisual. Es un lugar perfecto para la animación.
9.¿Qué consejo le darías a alguien que cualquier persona que estuviera comenzando dentro del mundo de la animación?
Paciencia, valor, perseverancia, muchísimo trabajo y mente abierta.
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