La caída en picado de "Astro Boy" (y de la animación china)


"Astro Boy", una de las producciones hongkonesas más problemáticas de los últimos años, va camino de convertirse también en uno de los mayores fiascos de la animación mundial reciente. Imagi, la empresa china que se había lanzado al mercado con la idea de recuperar "héroes de origen chino" y actualizarlos al 3D, se verá abocada probablemente a la desaparición si no consigue recuperar los 65 millones de dólares que ha costado el largometraje (una cifra muy pequeña en comparación a otras producciones norteamericanas). Esto supone un duro golpe a la animación hecha en Hong-Kong y un precedente en la región.

La empresa, cuya política extremadamente deslocalizada es un ejemplo extremo de cómo muchas empresas se plantean la producción de largometraje de animación hoy en día (compañía con sede en Hong-Kong, con preproducción en Estados Unidos y producción en países de Asia donde los costes sean mínimos-casi ridículos), atravesó multitud de problemas financieros graves, con parones en la producción y cancelación de futuros proyectos en marcha. Las cifras tras este primer fin de semana hablan de menos de siete millones de dólares, por lo que les será muy difícil remontar la cifra, máxime cuando incluso en Japón la película ha sido un fracaso, entrando casi por los pelos en el puesto número diez de películas más vistas en su primer fin de semana, para caer estrepitosamente después.
Algunos medios argumentan este fracaso por un lado, a la excesiva occidentalización de un producto típicamente japones, y por otro, a lo poco conocido que es este personaje en Occidente.
Quizás la más interesante reflexión es de que no se puede dar nada por seguro, que ninguna fórmula garantiza el éxito y que a la larga, lo único que perdura es el trabajo bien hecho y la calidad.

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