El actor inexistente


Tal y como le comentaba Peter Jackson a Andy Serkis mientras rodaban las escenas de lo que luego sería el material a partir del cual se construiría el personaje más elogiado de toda la trilogía de "El señor de los anillos": "Andy, en realidad eres una parte de Gollum. Eres la voz y las emociones (y luego los movimientos), pero del cuerpo se encargarán muchas personas de talento que tienen opiniones igualmente válidas. Tu cuerpo se desvanecerá en la nada y será sustituido por unos y ceros digitales."
Tal y como comenta Alfonso Cuadrado en su estudio sobre el nuevo papel del actor en el entorno digital, el caso de Gollum es un caso excepcional porque permitió demostrar no sólo las posibilidades expresivas de un nuevo tipo de actor híbrido, sino que daba carta oficial a una práctica que venía ya realizándose varios años atrás para videojuegos y animación 3D. En efecto, la motion capture o captura de movimiento se aplicaba desde hacía tiempo, de forma cada vez más perfecta, a todo tipo de producciones que necesitaban abaratar su presupuesto a la hora de crear una animación fluida.
La frase con la que Jackson se dirige al actor también abre paso a una nueva dimensión fascinante del trabajo del actor en las producciones audiovisuales del futuro: ya no es el intérprete final sino una pieza más en el engranaje que compone el director, el animador y el personaje. Lo que años atrás había sido máscara o maquillaje, ahora se transforma en una desaparición física del actor, del que sólo queda su esencia: el movimiento.
Lo curioso de todo esto es que el cine español aún no ha creado su gollum particular. El cine español aún desconfía del actor digital, de ese híbrido entre el hombre y la máquina. Es posible que por eso aún no exista ninguna producción de este tipo, pero lo cierto es que el proceso es imparable, y el actor debe aprender que, en vez de enemigo, se trata de una vía abierta más, una nueva forma más de interpretación, comparable a la que ejercen los dobladores o los dobles.
Uno de los aspectos más interesantes de este hecho es que el actor digital acaba con el sistema de estrellas hollywoodiense. Nunca más veremos a Gollum fuera del entorno de "El señor de los anillos", de la misma forma que los personajes de una pieza de animación no interpretan diferentes papeles en otras películas. El cine digital del futuro es un cine sin estrellas.

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