Garbancito de la Mancha


El caso de Garbancito de la Mancha es uno de los más paradójicos de la animación española. Realizada justo tras el término de la Segunda Guerra Mundial (en la que España no interviene), se trata del primer largometraje de animación español y el primero a color europeo. El origen de tal despropósito parte del productor, José María Blay, que convence a Arturo Moreno, su director, por aquel entonces buscando a alguien que le produjera un segundo cortometraje de animación, a realizar un largometraje, más fácil de ser explotado comercialmente. 

La producción se lleva a cabo con ochenta animadores en Barcelona, bajo unas condiciones bastante precarias y con el telón de fondo de la guerra. Al no haber celuloide en España en ese momento, se encarga en Suiza, pero el tren con el material sería bombardeado a su paso por Francia. De igual manera,  otro encargo de película importada de Inglaterra se frustra por bombardeos alemanes.
La película se estrenará el 23 de noviembre de 1945 en Barcelona y en mayo de 1946 en Madrid, con un gran éxito, gracias a una intensa campaña publicitaria en prensa y radio. La película tendrá cierto éxito en Francia e Inglaterrra también.
Con un considerable coste de 3,809,618 pesetas de la época, la película no sólo cubrió costes sino que sus beneficios ascendieron a dos y tres millones de pesetas, lo que permitió a la productora financiar futuros largometrajes.
La película fue declarada de interés nacional y el gobierno franquista favoreció su distribución y su explotación.
Hace un par de años, la escuela de cine 9Zeros acogió una sesión especial de la película, con dos de las animadoras del film, Pepita PardellRosa Galcerán. (Imagen de la web de 9Zeros)

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